Lo bueno de trabajar unos valores de marca y transmitir mi filosofía sin miedo (bueno, miedo siempre hay…), es que a quién le llega el mensaje, quién se siente identificado con mi historia y se acaba poniendo en contacto conmigo, tiene un nexo de unión con El Hijo del Carpintero sin necesidad de habernos conocido previamente (en esto de transmitir, me queda mucho que aprender todavía y sigo poniendo en práctica el conocimiento que he ido adquiriendo últimamente… Es un tema que me daría para varios posts). Y justo eso es lo que me hace ilusionarme y me ayuda a eliminar presiones mentales cuando una marca bonita me escribe y confía en nuestro trabajo.
A principios de noviembre una de las fundadoras de Minimus Kids se puso en contacto conmigo. Me decía que nos había conocido a través de Instagram (bendito Instagram!), que le gustaba nuestro trabajo y que quería contar con nosotros para la elaboración del mobiliario que llevarían a su primera participación en FIMI. Puedes imaginar la alegría que me dio… Además, después de curiosear un poquito, descubrí que es una marca valenciana que hace moda y complementos para peques y que está capitaneada por dos emprendedoras que no paran quietas.
Tras varias conversaciones conociendo necesidades, intercambios infinitos de mensajes, ideas y bocetos varios, llegamos a la elaboración que es la parte que más me gusta! Es aquí cuando se materializa todo lo que habíamos imaginado y cuando llega el amor por un producto…
Y eso fue lo que sentimos al ver el logo con base de pino que iba a presidir el stand de la feria y los percheros (o burros) que iban a llenarse con todas las prendas de la nueva colección. Cada producto elaborado de manera artesanal en nuestro pequeño taller de Villalonga.
Nos contaron que la feria fue un éxito y que el mobiliario también. Próximamente volvemos a reunirnos con ellas (esta vez será físicamente!) y quién sabe… Quizás sigan saliendo proyectos tan chulos como este!
Sigamos!