Hemos sobrevivido a la campaña navideña y ahora sí, vuelvo al blog. Lo hago con dos kilos más y la historia de un pedido que nos emocionó desde el primer momento. A los dos kilos me los pienso cargar cuanto antes, pero a la historia del letrero de madera para un guerrero le hago hueco y me la guardo dentro para siempre. Porque si hay algo que me gusta de este trabajo y que hace que todo el esfuerzo valga la pena, sois vosotras y vosotros. No os podéis hacer una idea de todo lo que nos enseñáis tanto profesional, como personalmente.

Así empezaba el mail que nos escribió Saray el pasado 3 de diciembre. Claro, directo. Si te digo la verdad, me dejó algo bloqueada y con sentimientos encontrados. Por un lado, la empatía me hizo pensar en lo jodida que es la vida y lo mal que lo debían estar pasando. Por otro lado, su mensaje me hizo sentir un orgullo inmenso por haber logrado, sin conocernos, que ella me contara su situación y confiara de una manera tan especial en nuestro trabajo.

No le contesté hasta el día siguiente. Necesité un tiempo para pensar como hacerlo. Soy una persona empática y muy emocional, pero no me gusta dejarme llevar por el drama. Soy consciente de que la vida puede llegar a ser dura (muchísimo) y asumiéndolo y normalizándolo todo se lleva mejor. Además, releyendo a Saray (lo hice muchas veces) me di cuenta que ella me estaba dando una lección de normalidad en toda regla.

Conseguí contestarle alegre y sincera. Por supuesto, le dije que me había emocionado, le di las gracias y me declaré fan suyo. Porque a Saray no le hizo falta ganar un Balón de Oro, escribir un best seller o llegar al millón de seguidores en Instagram para conseguir mi admiración. Su actitud ante la vida tiene mucho más valor que todo eso.
Al final, lo de menos es el letrero. Como anéctoda te diré que mientras lo bocetaba me puse el tema de Extremoduro en bucle y me encantó dejarme llevar y acabar con la piel de gallina.

Lo verdaderamente importante es Saray y su chico, los guerreros y guerreras que nos rodean o que llevamos dentro. Lo importante son las historias de personas normales, con problemas reales y actitud extraordinaria.


A mi solo me queda dar las GRACIAS por enseñarnos tanto.
Rosana EHDC
4 comentarios en “Un letrero para un guerrero”
Me ha emocionado la historia y el letrero. No soy muy fan de Extremoduro, pero es inevitable, leer esto y no escucharla, ponerme en su piel. Gracias por compartir.
Gracias a ti por leer y comentar! No imaginas la ilusión que me hace. Me pasó lo mismo que a ti, no soy mucho de Extremoduro y no conocía la canción, pero escucharla me ha ayudado a comprender mejor a Saray y a su chico. Un abrazo!
Grandes personas y mejores amigos!!!!!
Cómo me gustaría estar más cerca en estos momentos!!! Os queremos chicos!!!
Ooohhh! Que bonito! Pues por nuestra parte, tengo que decir que Saray, además, es un encanto de clienta. Muchas gracias por dejar tu comentario!